las ventanas dibujadas sin vidrios,
sin luz, sin la mañana,
sin polvo o ensuciada.

caricia su frío el viento,
sacude si la desea,
destruye si no escucha su cuerpo.

¿has visto las puntas de metal,
aquella mínima idea clavada,
como una carta no entregada?

la sombra del marco espera el amanecer,
el crujir de la escala,
tus pasos, tu despertar,
idealmente, una mancha de café.

mas tiempo inerte es su único habitante,
tomando los pomos de las puertas,
empujando cortinas para hacer ruido,
descascarando pinturas y tapices,
descolgando lámparas y tirando de sus luces.

interruptores de cabezas bajas,
jardines esperando la lluvia,
mientras piscina acumula hojas de otoño,
contando los días,
para que llegue el ruidoso verano.

mientras en las últimas cajas,
esas que olvidamos en esquinas
tras puertas abiertas,
el fantasma de un sueño empaquetado,
silba junto a silencio,
la canción de eterna despedida.

nocturnos, sopa y eco,
familia, grabaciones y nostalgia,
recetas, llamadas y mentiras,
secretos, amores y un nombre
que se repetía.

la casa se vacía,
llena de memorias,
y juegos de infancia.

la casa se vacía,
cada vez más llena,
a medida que te alejas más de ella.

la casa se vacía.



flébil